Recogida las flores ya va la tarde encendida. Se cierra el sol entre sombras y la lluvia despide su calor.

¡Oh, tierra, que en las venas corre el agua clara y las lavas, que lloran los ríos bajo esta piel! Y el aire, que el viento mueve con sus alas ligeras.

Cuerpos de paz, hacia el dulce cantar del hueco.

  • Antonio Machado