Por el campo,
espino y hiedra,
luz de polvo
que danza entre la hierba.
Una flor se abre
por su amor:
aquí la casa,
la cabaña humilde
y dulce.
Mi camino
se desliza,
desciende.
Los pájaros gritan
por su canto,
y el silencio ruge
furioso.
Por un rayo,
tierra ablanda,
tierra amada,
con su aroma canta
la naturaleza.
Así con amor,
divido algo de dicha.
- Jorge Guillén