En la tarde vi
las flores brotando,
y el jardín se rinde
al amor del viento.
Sus cabellos dorados
sonquillos en el aire
y los ojos refrescan
el mundo con aroma.

Cada hoja tiembla
y las sombras crecen
fugaces.
Así perdura
mi corazón abierto.
Esa danza de brasas,
es el amor que se siente.

  • Jorge Guillén