En la altura se llama, en la brisa se siente, y el eco de la tarde la llama incesante, y la sombra se alza por el borde eterno, y la luna que asoma entre los senderos:

Sublime poesía en el viento y el mar, y la vida despierta en la voz del ocaso, y el silencio profundo que abraza el destino es el eco de un canto en el río eterno.

Las flores se abren en dulces colores, y el alma se sumerge en sus suaves olores, y en la danza de sombras se encuentran las luces que abrazan la esencia de todos tus sueños.

  • Esteban Echeverría