En la brisa que mece las hojas,
se encuentra la risa del pasado,
y las sombras, que tiernas y rojas,
me envuelven en un sueño amado.
El paisaje, en su danza callada,
es un canto de almas lejanas,
y mi esencia, en su danza esperada,
encuentra su eco en las canas.
- Francisco de Quevedo