Del mar sus olas revientan, donde danzan los delfines, y en los acantilados, se oyen ecos de camines.
Las gaviotas en el viento, dibujan un juego audaz, con su voz en la tormenta, ofrecen un canto fugaz.
- Joaquín Dicenta
Del mar sus olas revientan, donde danzan los delfines, y en los acantilados, se oyen ecos de camines.
Las gaviotas en el viento, dibujan un juego audaz, con su voz en la tormenta, ofrecen un canto fugaz.