Río que murmuras entre las piedras, tus aguas limpias y claras abrazan, y ni un solo lamento hiere en tus quejas, invitan a sueños que nunca se alcanzan.

Las hojas suspendidas brillan en la danza, y el viento se asoma a sus pálidas luces. Son ecos lejanos de una alabanza que en la voz de la tierra, el eco induce.

  • José Zorrilla