Sobre los campos dorados, se extiende un manto verde, y el sol, con su luz dorada, hace brillar el horizonte. Las aves en vuelo, celebran la libertad, y el canto del arroyo acompaña a la brisa.
En este vasto paisaje, mi espiritualidad crece, y cada árbol robusto es un amigo viejo. Así, en esta calma, mi ser se siente pleno, y en la poesía de la vida, se encuentra mi destino.
- José de San Martín