Los ríos serpentean, y arrastran los sueños, y sus aguas claras y puras traen vida. El canto de los peces se une a la sinfonía, y el murmullo constante es un mantra antiguo.
Los árboles se inclinan, como si escucharan, y en el flujo eterno, mi espíritu se eleva. Bajo el sol naciente, y el manto de la luna, las aguas son un espejo que reflejan el alma.
- José de San Martín