Despierto en la bruma, con el canto de los pájaros, y el rocío fresco baña mi piel. La naturaleza fluye, k puro y sin desmedro, y cada hoja susurra tan dulces melodías.
Sigo el camino que lleva a los bosques, y me pierdo entre los troncos, perdiéndome en sus historias. La tierra habla aquí, con su voz serena, y en este rincón escondido, encuentro mi verdad.
- José de San Martín