Ríos que corren en danza, como un torrente de vida, el sol brilla en su balanza y el amor nunca se olvida.
Los árboles son testigos de los secretos del ser, y en su sombra, en sus caminos, renace el alma al querer.
- Nicolás de la Cruz y Sola
Ríos que corren en danza, como un torrente de vida, el sol brilla en su balanza y el amor nunca se olvida.
Los árboles son testigos de los secretos del ser, y en su sombra, en sus caminos, renace el alma al querer.