El río.

Las aguas del río a veces son tristeza, y a veces son alegría, son un canto eterno

que fluye entre las piedras. En la calma de la noche, y el susurro de la brisa, bailan espumas de sueños,

ancianos recuerdos y risas por llegar. Abrazar con alma al río, es una forma de amar.

  • Rosalía de Castro