Cuando miro la luna en el lago sereno, y su reflejo brilla como un baile antiguo, y la calma de la noche envuelve el aire, y la naturaleza respira entre susurros.
En el jardín duerme el rocío, y el perfume de las flores se desliza como un recuerdo dulce, un eco favorable, y el canto de las ranas se une en concierto con el murmullo de las olas suaves.
Cada estrella se cuela entre las hojas, y el viento trae historias de tiempos olvidados. Es un espejo que refleja el alma, y de lo sublime te enamoras, cuando la noche cubre el mundo con su manto.
- Tomás de Iriarte